jueves, 23 de febrero de 2012

LOS HERIDOS DE AMOR.

La Convención declara las disposiciones generales:
A – Considerando que el dicho de que “en el amor y en la guerra todo vale” es completamente verdadero;
B – Considerando que en lo relativo a la guerra contamos con la Convención de Ginebra, adoptada el 22 de agosto de 1864, que determina cómo debe tratarse a los heridos en el campo de batalla, mientras que hasta hoy no se ha promulgado ningún documento que regule la situación de los heridos de amor, muy superiores en número;
Se decreta que:
Art. 1 – todos los amantes, independientemente de cuál sea su sexo, quedan advertidos de que el amor, además de ser una bendición, también es algo extremadamente peligroso, imprevisible, que puede acarrear serios daños. Por lo tanto, quien tenga la intención de amar, debe ser consciente de que está exponiendo su cuerpo y su alma a heridas de muy diferentes tipos, sin poder culpar por ello a su pareja en ningún momento, puesto que ambos corren el mismo riesgo.
Art. 2 – Una vez alcanzado por una flecha del arco ciego de Cupido, debe solicitarse inmediatamente al arquero que dispare la misma flecha en la dirección opuesta, con el objeto de no sufrir la herida conocida como “amor no correspondido”. En el caso de que Cupido se niegue a hacerlo, la Convención que en estos momentos se promulga exige del herido que de manera inmediata se arranque la flecha del corazón y la tire a la basura. Para llevar esto a buen puerto, debe evitar llamadas telefónicas, mensajes de correo electrónico, envíos de flores (siempre rechazadas), o cualquier otra forma de seducción, pues semejantes medios, si bien pueden dar algún resultado positivo a corto plazo, no resisten el paso del tiempo. La Convención decreta asimismo que el herido debe buscar sin falta la compañía de otras personas, así como debe imponerse al pensamiento obsesivo que le dice “vale la pena luchar por esta persona”.
Art. 3 – En el caso de que la herida provenga de un tercero, es decir, que el ser amado se sienta atraído por alguien que no estaba a priori en el guión, queda expresamente prohibida la venganza. En este caso, se permite el uso de lágrimas hasta que los ojos se sequen, así como algunos puñetazos en la pared o en la almohada, o reuniones con amigos donde poder insultar a gusto al antiguo(a) compañero(a), incidiendo en su perfecta falta de gusto, pero sin llegar a difamar su honra. La Convención determina que también se aplique en este caso la regla del Art. 2 que mueve a buscar la compañía de otras amistades, sólo que evitando en la medida de lo posible los lugares que la otra persona frecuenta.
Art. 4 – En lesiones leves, clasificadas aquí como pequeñas traiciones, pasiones fulminantes que no duran mucho, o desinterés sexual pasajero, debe aplicarse con generosidad y rapidez el medicamento llamado Perdón. Una vez aplicada tal medicina, no se debe volver atrás bajo ninguna circunstancia, y el asunto debe ser definitivamente olvidado, no utilizándolo jamás como argumento en una discusión o en momento de odio.
Art. 5 – En todas las heridas definitivas, también conocidas como “rupturas”, el único medicamento que tiene algún efecto se llama Tiempo. De nada sirve buscar consuelo en cartomantes (que siempre prometen el regreso del amor perdido), leer libros románticos (que siempre acaban bien), engancharse a una telenovela o cosas por el estilo. Se debe sufrir con intensidad, evitando radicalmente las drogas, los calmantes o las oraciones a los santos. En cuanto al alcohol, sólo serán permitidos dos vasos de vino diarios.
Consideraciones finales
Los heridos por el amor, al contrario de los heridos en conflictos armados, no son víctimas ni verdugos. Optaron por algo que forma parte de la vida, y deben asumir, por consiguiente, la agonía y el éxtasis de su elección.
Y los que jamás fueron heridos por el amor, nunca podrán decir: “he vivido”. Porque no vivieron.

Paulo Coelho
¿ENTENDIDO?
Ovv

jueves, 16 de febrero de 2012

HISTORIA DE UNA LECCIÓN

"Buenas tardes, ¿puedo hablar con alguna persona responsable de éste lugar?" pregunté.
"Sí, claro. Pase, ahorita regreso", me respondió una joven de unos 25 años quizá  con 5 o 6 meses de embarazo.
Me quedé sola en la sala de entrada por unos instantes. Olía a rica comida y pude observar que hacían arroz. Caminé unos pasos más. Es una casa común y corriente pero cálida, limpia, linda. A mi derecha estaba otra joven quizá un poco mayor que la que me recibió.
Estaba sentada frente a una computadora sin expresión en su rostro.
"Hola, soy Elda. Vives aquí?"
"Sí. Sólo por un tiempo" me dijo viéndome a los ojos. Ví el rostro de la esperanza.
Enseguida, la persona que buscaba llegó con una sonrisa a saludarme. 
"Mucho gusto soy Norma Valenzuela".
"Mucho gusto señora, soy Elda Molina... quisiera darle unas cosas que traje en buen estado":
Carreola Peg Perego PilkoSaca leche doble y eléctrico y doble Medela. Juegos de cama completos para niño y niña Pottery Barn Kids. Algunas sabanitas y algunas colchas. Ropita. Hermosa. Biberones, una almohada de cintura para dar pecho y no se que tantas cosas. 
Todo eso lo tenía guardado desde hace tiempo. Señalo las marcas porque pensaba venderlas en una venta de garage. En su momento costaron mucho dinero, aún valen y ahora no me caería nada mal obtener algo por todo eso. Sin embargo, ésta mañana caí en cuenta que esas cosas valían mucho más de lo pudieran pagarme. Ya habían hecho su función conmigo y me dieron mucha felicidad. Fue así que tomé lo simbólico: los zapatitos con los que aprendieron a caminar, las pijamitas con las que salieron del hospital. Claro, sus ropones de bautismo y una que otra cosa que me habló al oído y me dijo: guárdame para ellos.
Todo lo demás lo llevé a Vifac en Hermosillo, Sonora, México.
Las dos jóvenes, con rostros evidentemente felices me acompañaron al carro de mi madre donde transporté las cosas. 
"¿Todo eso?" me dijo la chica que me abrió la puerta.
"Sí, salvo la silla de carro" contesté.
Rápidamente dejamos todo en la sala mientras Norma veía las cosas. No más de un minuto después, ya era tiempo de irme. Se hizo un silencio donde las cuatro nos volteamos a ver.
"¿Ya saben que van a tener?" Les pregunté a las chicas. Una de ellas me respondió que no sabía. La otra me dijo con gran luz en su cara que esperaba una niña. 
Sentí un nudo en la garganta de esos que te detienen el habla. Por segundos recordé con cuanta ilusión esperé a mis hijos. Recordé cuando yo estaba embarazada y veía las cosas de bebé en la web haciendo mi lista para saber cuanto iba a necesitar para comprarles todo lo que estuviera a mi alcance, todo lo que ellos fueran a necesitar al nacer. 
No pude evitar ver fijamente sus panzas. Se veían muy bellas. Pensé que quizá su historia no es nada grata, como esas dos mujeres estarían sufriendo. Pensé en lo afortunada que fuí, que soy. Pensé que quizá yo pude haber sido una de ellas, pero la vida me regaló otros caminos, trabajo, familia, amor alrededor.. Estoy en deuda... pensé. 
La despedida:
"Que Dios las bendiga. Todo va a salir bien".-
"Gracias"...
Ellas cerraron la puerta de ese hogar que ahora las arropa. Yo, cerré un ciclo que no quería dejar atrás por estar lleno de lindos recuerdos de una etapa hermosa de mi vida. Aprendí que el recuerdo no se guarda conservando lo que puedes ver y tocar. Creo que desprenderte de cosas y emociones que ya no necesitas puede ser el paso uno para estar en el hoy.
Esto lo vivimos muy rápido, en un minuto. Sin embargo, lo que sentimos las cuatro desconocidas, sé que nos acompañará siempre a todas partes.
Ovv.

Vifac ayuda a mujeres embarazadas en todo México a salir adelante ante el desamparo.
Les da techo, alimento, vida digna y atención médica para esperar la llegada de su bebé. Cuando es tiempo de salir y están listas para enfrentar el mundo, ellas abandonan el albergue. 

martes, 14 de febrero de 2012

A LOS 9 y A LOS 30´s.


A las niñas, nos enseñaron que en los cuentos de hadas:
Vuelas con tu amor en un caballo blanco por los alpes suizos.
Recibes serenatas en un balcón a la luz de la luna llena.
Te escriben los poemas más profundos y románticos.
Pelean por ti contra las bestias más furiosas en los bosques embrujados.
Suben las montañas y edificios más altos sólo para oírte cantar.

A las mujeres, la vida nos enseña simplemente que:
sólo si amas y te entregas de verdad, los sueños más pequeños y simples son los únicos que te harán feliz.
Siempre. Aún sin caballo blanco, castillo, montañas o serenatas.
Feliz Día de San Valentín.
Ovv

lunes, 6 de febrero de 2012

ABLACIÓN: dolorosa herencia.

Por lo general lo hacen con un cuchillo o navaja. Sin anestesia. Según el libro de Amnistía Internacional, ya son mas de 135 millones de mujeres en el mundo que son víctimas de ablación: extirpación de los genitales externos de la mujer, es decir, del clítoris.

Dos millones de niñas viven esto cada año. Leíste bien. No pude evitar sentir escalofríos ante ésta cifra. De hecho, con pensar en una sola de ellas, me resulta dolorosamente triste.
29 países de África lo practican, algunos de Asia y en diversas comunidades de inmigrantes en todo el mundo.
La ONU reconoció hasta 1996 que es una violación a los Derechos Humanos y  la verdad es que también es un grave problema de salud, tomando en cuenta las severas infecciones que padecen estas niñas y ya de mujeres,  una menstruación y partos problemáticos.
¿Placer? Olvídalo. Eso está prohibido para las mujeres en estos lugares. Se cree que mutilándolas conservarán "el prestigio social". Una costumbre que pasa de generación en generación y que parece no tener fin. Aunque ha cambiado la legislación en algunos de estos países y ha nacido algo de conciencia, grandes esfuerzos como el de "World Vision" en 6 años, sólo han conseguido que 400 familias en Africa dejen de practicar no sólo la tradición si no el "negocio". ¿Cuanto tiempo y cuanta suma de esfuerzos se requerirán para evitar que vivan ese terror 2 millones de niñas cada año?

Hoy es "Día Internacional de Tolerancia cero a la Mutilación Genital Femenina". Ni idea que existía este día, ni idea de que aún se practicaba con tanta frecuencia este crimen, ni idea tenía de que son tantas y tantas niñas y mujeres que les mutilan no sólo su órgano sexual, también les arrancan una vida entera. 
Me he puesto a pensar que en países de América como México, no se tienen que practicar estas cosas para acabar con la vida, alegría, esperanzas, sueños o placer de muchas mujeres. Hay miles de formas comunes y crueles de mutilar vidas como el hecho de que en Oaxaca en una familia humilde o en el D.F., en una familia rica, aún se vendan a las hijas o bien las obliguen a casarse con quien le conviene (por mencionar un pequeño e humilde ejemplo).

Pregunta... En México, Africa, China o cualquier parte del mundo,
¿Deben anteponerse las tradiciones y costumbres a los Derechos Humanos? 
Por amor y respeto a mi género, no puse en este post las fotos y videos que encontré del tema

Vive,
Ovv



viernes, 3 de febrero de 2012

TROPIEZA.

Cuando somos niños, nuestros padres nos protegen al grado de seguir nuestros pasitos para no dejarnos tropezar. Es comprensible. El problema comienza cuando crecemos y nunca supimos como caer y tampoco como levantarnos. Y peor aún, cuando ya de adultos, tenemos que recurrir a quienes nos sobre protegieron y a la vez y sin querer, sembraron ese miedo a tomar decisiones "por nuestro bien". No comprendemos que el niño quedó atrás y llamamos a las 2 de la mañana a mamá o papá para preguntarles: ¿Qué hago?

!Se tropezó Margarita de Dinamarca!
Y pasa también en las actividades cotidianas. Los padres queremos dar todo, pero a veces podemos convertir a esos pequeños en unos perfectos inútiles. ¿Es posible que una mamá todavía cambie de ropa en las mañanas a su hija de 10 años para ir al colegio? Sí, si es posible. ¿Es posible que todavía le tiendan su cama y levanten su ropa del piso de un niñote de 20 años? Sí, si es posible.

Yo me he preguntado más de una vez que sería de mis hijos si yo les faltara. Y a veces tengo que actuar como tal, porque de otra forma no los ayudo a crecer. Son pequeños, pero ellos se bañan, se cambian solos y eligen su ropa a diario.
Un domingo me levantó el ruido de la licuadora. Estaban haciéndose un licuado de plátano (del cual me compartieron). No sabía si reír o asustarme, su padre y yo nos hemos reído mucho porque pensamos: "por lo menos estos chaparros no se mueren de hambre" (además del lindo gesto de dejarnos dormir tarde).

Cuando me fuí a estudiar a Monterrey, a mis 19 años sólo sabía hacer sandwiches, atún en todas su modalidades y.. creo que nada más. Me ví en la imperiosa necesidad de comprar un recetario y cocinarle a mi hermano con quien compartía departamento. Pobre. No sé como se comía el arroz/engrudo o la carne con pinta de suela de zapato que yo le cocinaba. Les juro que él sólo me alentaba a que siguiera cocinando, nunca me hizo mala cara. Fue así que aprendí tropezando.. claro,  con él como mi conejillo de indias. Al paso del tiempo me convertí experta en la cocina, al grado de disfrutar no sólo el sabor de mis platillos si no también la cara de quien se los comía. Y así, poco a poco asimilando lo que tenía que hacer sola lejos de casa. Tomar un camión o un taxi para irme a la universidad porque ya no estaba mamá que me llevara. Administrar mi dinero y trabajar porque si no, no había fin de semana. Detectar que amistades eran las que no me dejaban nada bueno y las que sí, porque tampoco estaba mamá para darme permiso de salir o no. 

Dejarnos caer, dejar a nuestro hijos tropezar y que vean que también te equivocas... sirve.
Ellos sabrán que lo importante es estar sobre el camino aunque tropieces. Te levantas, te sacudes el polvo y sigues caminando por el camino correcto. Muchos de nosotros tendríamos una historia diferente, menos "tropezada" si tuviéramos la certeza que la derrota enseña, educa, te sacude y deja salir tu verdadero ser.

Un buen amigo psicólogo me platicaba que el comenzar de cero tiene sabor. Sí, sabor. 
Depende de uno mismo si es dulce o amargo. Si te envenena o te nutre. Si te alimenta o te mata.
Tropezar, no es más que el verdadero camino a la libertad. A la verdadera.
EXIGE QUE TE DEJEN TROPEZAR.
Vive. Ovv.