viernes, 11 de noviembre de 2011

¿Y ELLOS, QUE CULPA TIENEN?

Creo que voy a tocar fibras sensibles. Ahi vá.
En teoría, te casaste enamorada (o) y con la idea firme de formar una familia. Lo cierto es que, aunque muchas veces tu matrimonio no sea lo que esperaste, no te casaste con la intención de divorciarte ¿verdad?. En los tiempos de mis abuelos, incluso de mi madre, decir la palabra "divorcio" era aterradora, prejuiciosa, la gente lo veía como parte ajena    de la sociedad correcta, se murmuraba el porqué de esa separación en eventos sociales como principal tema y los niños no entendíamos bien el término (bueno eso todavía pasa). Y por si fuera poco el dolor que puedas pasar, hasta estas fechas, para la Iglesia católica eres aceptado si te mantienes sola (o) y divorciada (o), pero si por azares del destino quieres comenzar una nueva relación, ya no puedes comulgar el cuerpo y la sangre de Cristo. Para lograr separarte por la iglesia debes cumplir meses o años de trámites, o bien sin ofender a nadie, pagar una buena suma para que el proceso sea rápido (conozco casos cercanos). Es decir, si te divorciaste porque cometiste un error humano, porque tu vida y la de tus hijos era miserable, porque tu pareja era el diablo (a) en persona y luego de salir del bache quieres volver a vivir.. ¿Dios te da la espalda? Pero si mataste o violaste y te arrepientes... puedes volver a comulgar (esto me lo comentó un buen amigo sacerdote...y al final de la plática, no nos pusimos de acuerdo, nadie tuvo la razón pero ¡aún nos queremos mucho!) Bien, eso es religión y cada persona es responsable de su fé,  de la relación que lleva con su SER superior y seguro hay otras prioridades antes de volver a hacer una vida en pareja. En asuntos terrenales: ¿Que pasa cuando hay hijos? Pequeños inocentes que aman por igual a sus padres y que poco o nada tienen que ver en los problemas de actitud, comportamiento, débil comunicación o nula realidad afectiva entre quienes les dieron la vida. Difícil. Más aún cuando se ignoran  o minimizan las obligaciones de ambos y la responsabilidad que conlleva separarse. Y peor, cuando se dejan de lado los DERECHOS  de los menores (porque si hay pleito sólo se enfocan en los de los adultos) cuando en un divorcio con hijos en realidad, quienes menos importan son mamá y papá. Ellos están decidiendo. Los niños, siempre van a desear ver a sus padres juntos sobre todo cuando su nivel de conciencia no les alcanza para aceptar una realidad tan dolorosa. Las leyes y el repudio social para las parejas que deciden divorciarse, han cambiado desde aquellos tiempos que te mencioné al inicio de este post. Lo que nunca debería cambiar, es el poner como primer punto el amor con que fueron concebidos esos niños, y precisamente de ahí partir para tomar decisiones justas y de beneficio para ellos. 
No soy una persona que esté de acuerdo con el divorcio. Creo que todo matrimonio (de la religión que sea) puede sufrir altas y bajas durante toda una vida, y creo que sólo el amor, la fé, la amistad y la comprensión pueden llevar a una pareja a estar juntos por siempre. Pero si nada de eso existe, si no tienes otra salida, si lo has intentado una y otra vez.. aún si estás cansada (o) pregúntate y razona.. ¿merece la pena otra oportunidad?¿Si? Inténtalo. Busca ayuda. Salva tu matrimonio a menos que esté en peligro tu vida y salud y la de tus hijos o encuentres una razón suficientemente fuerte para dar ese paso.¿No? Infórmate, asesórate con ayuda profesional y legal. Si los tienes, piensa en tus hijos primeramente al momento de realizar un convenio de divorcio y hazlo en santa paz si existe la cordura entre tu cónyugue y tú.  Aunque no le entiendas, estudia las leyes familiares locales, habla con alguien para que te explique y ayude a manejar tus emociones y las de tus hijos, no puedes tomar una decisión tan fuerte con coraje, orgullo, soberbia, rencor, egoísmo porque todos esos sentimientos te impedirán razonar. Siempre hay una salida.. y todas son buenas. Se necesita ser lo suficientemente fuerte e inteligente tanto para luchar por tu matrimonio como también para separarte cuando es por el bien de todos.  Y aunque no lo creas, ambas cosas pueden lograrse en base al amor (inténtalo). A final de cuentas, tus hijos.. ¿que culpa tienen? 
Acepta una realidad. Lucha por vivirla con dignidad. No todo está perdido. VIVE.
OVV
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En 2008, los procesos de divorcio concluidos ascendieron a 7 mil 975, esto es por cada 100 enlaces registrados hubieron 11.7 divorcios. Esta relación ha mostrado una tendencia creciente en el último lustro y su punto más bajo lo tuvo en 1994 (3.1 por cada 100).
Entre 2000 y 2008 el monto de matrimonios se ha reducido en 18.5%, mientras que los divorcios se han incrementado de manera significativa, esto es 1.3 veces (en 2000 se registraron 83 mil 607 matrimonios y 6 mil 032 divorcios).

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