jueves, 3 de noviembre de 2011

CUANDO ELLOS SE VAN..

Hermoso Yeyé.
Ayer se fueron. Tenían un viaje programado desde hace semanas. ¡Cinco días sin ellos! Pensé. Anoche dormí dando vueltas en la cama para mi solita, amanecí tardísimo con los pies donde en teoría va la cabeza. No llegaron a mi cama en la madrugada ni tampoco sonó ningún despertador. Tampoco vocecitas agudas pidiendo cosas. Hoy no estuve dando vueltas por la casa correteándolos para el desayuno, para peinarlos o cambiarlos. ¡Qué maravilla! ¡Cinco días para mí!
De pronto, comencé a caminar por sus habitaciones y ví que mi princesa había olvidado su bolsa de mano. A su corta edad le gusta traer una bolsa llena de brillitos donde guarda los maquillajes que toma de los míos. Me dió risa descubrir que traía mi lipstick favorito. En la habitación del enano, imaginé la fila de dinosaurios ordenados por tamaño con los que todos los días me tropiezo. Hoy no estaban. 
En ese momento, vinieron a mi mente Julio Márquez y su esposa Estela. Ellos son padres del pequeño Yeyé, hermoso bebé que murió en la tragedia de la guardería ABC el 5 de junio del 2009, en Hermosillo, Sonora México. Y así como Yeyé, se fueron al cielo 48 niños más. Todos menores de 4 años. A los pocos días de ese incendio que marcó al vida de muchos, la pareja llegó al canal de televisión donde transmití los primeros minutos y durante todo un día de transmisión lo ocurrido.  Me entregaron en la mano fotos de su pequeño pues haríamos un video en honor de los angelitos. No puedo olvidar sus rostros. Desencajados. Sus miradas perdidas, en otro mundo, en otra dimensión. Platiqué con Estela, la madre. Ella me narraba cada foto y me decía que hacía Yeyé en esos momentos, con una voz dulce.. pausada. Mientras la escuchaba, pensaba en los míos que estaban precisamente en sus colegios. ¡Dios mío porqué permites estas cosas!¡Para qué! Honestamente esos días viví, como muchos de mis compañeros, una angustia que jamás he vuelto a tener ni como persona, ni como profesionista. 
Volví a mi realidad y me dije: "Ellos van a regresar". Están pasándola bien donde están. Me traerán conchitas de mar como siempre y volveré a tenerlos entrelazados conmigo en mi cama. Aún así, ¡los extraño! Mi vida diaria ya no es la misma sin mis enanos.
¿Puede un padre o una madre acostumbrarse cuando ellos se van? Desde lo más común. Como cuando se van de vacaciones. A estudiar fuera de casa. A hacer su propia vida y formar un hogar. Hasta lo más duro: cuando están en problemas lejos de ellos, cuando son secuestrados y mucho peor: ¿cuando se va su alma al cielo? NO creo. Un hijo es la forma mas terrenal y espiritual de sentirte vivo (para quienes somos padres, los que no tendrán su propia forma de sentirlo).
Ayer tenía pensado postear un video que he durado varios días editando y no lo terminé. Me decidí terminarlo hoy temprano y subirlo. Como verán mi día, mi inspiración y mis planes cambiaron. Justo es lo que pasa cuando traes un hijo al mundo. ¿Pero saben que? Los volveremos a ver y a sentir. Ahora, mañana, aquí o arriba. 
Nada ni nadie jamás podrá romper ese lazo que nos une a ellos en la tierra y en el cielo. 
Cuando ellos se van... nos queda pensar con paz y fé que volveremos a estar juntos.
Estela y Julio: Yeyé y ustedes están en mi corazón siempre. Los admiro por su fortaleza y lucha por la justicia. 
Ovv

1 comentario:

  1. Se me hizo un nudo en la garganta... que labor tan grande la de los padres... digo no tengo el honor de ser madre pero sin duda si algun dia tengo hijos no se si sea yo capaz de vivir sin ellos... que fuerte.... mis oraciones a todas aquellas familias que a pesar del tiempo transcurrido la herida aun no sana... que Dios les de las fuerzas para seguir adelante...

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