martes, 7 de junio de 2011

¿CUANTAS LAURAS CONOCES?


Testimonio de Laura:

- Mi hijo nació del mismo signo que su papá.. desde que abrió los ojos fue un retrato de él. Yo estaba muy orgullosa de haberle dado su hombrecito, lo que siempre había soñado y le nombramos igual: Jorge.
- Conforme fue creciendo era tan curioso! que caminaba, se sentaba y miraba igual que él.
-  De adolescente, compartían las mismas cosas, tenían los mismos gustos, era el uno para el otro. Yo no cabía dentro de ellas pero comprendía.. "eran cosas de hombres".
- Cuando Jorge se fue a la universidad, me llamaba poco, no sabia nada de el, solo tenia contacto con su papá. En ocasiones cuando por fin lo contactaba me decía "mamá me se cuidar solo, soy hombre, no me molestes con tantas llamadas yo te llamaré cuando pueda"
- En las vacaciones venía a casa y yo era totalmente ignorada. Comenzó a tomar, a salir de madrugada y a decirme que no me metiera en su vida.
- Una madrugada, a sus 19 años que lo esperé a que llegara, recibí mi primer amenaza: "Vuelves a esperarme despierta y te juro que no voy a regresar a la casa para que dejes de meterte en mi vida"
- No me importó, lo seguí esperando. Hasta que llegó el día que no regresó. Lo busqué en casa de todos sus amigos, primos, novias y no lo encontré. Llegó a las 5 de la tarde directo a su cuarto y me dijo "me dormiré, no me molestes"
- Esa noche, entre a su habitación con algo de comida, el veía la televisión. Se levantó de su cama, tomó la charola y la aventó contra la pared. "Te dije que no me molestaras estúpida".
- Lloré tanto que no pude conciliar el sueño. Su padre me dijo: "El te dijo que no molestaras Laura, tu eres la culpable de lo que te pasa por necia".
- Un día, intenté hablar con mi hijo de 20 años sobre su violencia. No comenzaba a hablar cuando me tomó del cuello y me puso contra la pared. "No hables de cosas que tu me has enseñado, déjame en paz"
- Desde ese día el miedo hacia mi hijo fue tan grande que lo dejé de buscar.
- Pero cierto día llego arrepentido a visitarme, a hablar y como madre sentí la obligación de hablar del tema con el nuevamente. Esta vez me abofeteó y me dijo que jamás quería volver a verme.
- Jorge se graduó de la Universidad, se casó, tuvo hijos preciosos. El mayor mi consentido, igualito a él.
- Hoy tengo 76 años, soy abuela de 5 y vivo en silla de ruedas por los golpes que mi nieto, el igual a su padre, el igual a su abuelo, me propinó hace meses cuando me negué a darle dinero cuando estaba ebrio.
"No corté la cadena y mas aún, alimenté mis propias cadenas. La violencia se hereda. Se ve. Se alimenta. Se convierte en estilo de vida de familias enteras y no hice nada por defender la mía"    
INFORMATE: Instituto Sonorense de la Mujer.            

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